Un avión corporativo puede ser una buena inversión o una pesadilla para una empresa. Si buscamos una rentabilidad directa alquilándolo a terceros y pretendemos obtener un beneficio económico más allá de reducir algo los costes, cometeremos un error. Sin embargo, si lo vemos como una herramienta que nos permitirá expandir nuestra empresa por multitud de lugares reduciendo el tiempo perdido por los directivos, entonces sí podremos hablar de beneficio.
Entre los beneficios que una aeronave corporativa puede aportar a una empresa, están los siguientes:
Posibilidad de asistir a varias reuniones de negocios en un mismo día sin tener que gastar varios días completos. El ahorro de tiempo es evidente, todos hemos sufrido las colas en los aeropuertos, los retrasos, cancelaciones y limitaciones de horarios en incluso la inexistencia de vuelos a ciertos destinos.Capacidad de asistir a reuniones en lugares normalmente inaccesibles a aviones comerciales. Hay casos como el del aeropuerto de London City, donde solo algunos aviones pueden aterrizar. Posibilidad de elegir el momento exacto de la salida y del regreso. Si una reunión se adelanta, se atrasa o se cancela, su avión está siempre disponible para adaptarse al cambio de agenda en lugar de perder otro día más esperando el próximo vuelo comercial. Puede tener una reunión de negocios por la mañana en Helsinki, por la tarde en Berlín y regresar a dormir a su casa en Madrid.Disponibilidad para trabajar. En un avión privado puede tener una reunión con su propio equipo, o preparar la siguiente negociación con acceso a internet, teléfono y todo lo necesario para continuar el trabajo durante el vuelo.
Todo ello con total privacidad.Posibilidad de personalizar la experiencia del vuelo. Por otra parte, si necesita descansar durante un viaje largo antes de la siguiente reunión, pude disponer de cama, baño privado, servicio de comida y bebida personalizado o elegir su ocio personal a través de diversos dispositivos multimedia.
Evidentemente, a pesar de que puede ser una herramienta de trabajo muy útil, no es para cualquiera. Antes de plantearse la posibilidad de adquirir un avión corporativo, una empresa debería hacerse estas preguntas:
¿La agenda de la empresa requiere viajes constantes a distintas ciudades de diversos países?
¿Los directivos de la empresa pueden permitirse perder uno o varios días en cada reunión de negocios?
¿Puede la empresa asumir el coste de una aeronave a cambio de sus beneficios?
"Un avión de negocios puede costar entre los dos y sesenta millones de euros, dependiendo del número de plazas, tamaño, antigüedad, capacidades y estado."
Aunque haya asesores o brokers que pretendan vender una posible rentabilidad económica si se alquila muchas horas a terceros, la realidad es que un avión privado es una herramienta cara de mantener, con muchos costes asociados (tripulación, combustible, mantenimiento, tasas, impuestos, etc.): el coste operativo oscila entre los 2000 y 7000 euros por hora de vuelo. Además, se deprecia fácilmente si no se cuida mucho cómo se utiliza. Por otra parte, es muy difícil compatibilizar los vuelos propios cuando la agenda de viajes es extensa con la disponibilidad para vuelos de terceros, por no hablar del desgaste propio de la aeronave o el posible mal uso que pueda darle un tercero.
Es fundamental para una empresa contestar a las preguntas anteriores antes de asumir la adquisición de una aeronave. Una vez que se ha tomado la decisión, se abre otra fase muy importante: ¿Qué avión corporativo es el más adecuado?
Para saberlo, será necesario analizar en profundidad qué modelo de aeronave se adapta a sus necesidades operativas y financieras e investigar qué aeronaves están disponibles en el mercado, nuevo o de segunda mano. Un error en la compra de una aeronave se puede penalizar con millones de euros. No es la primera vez que tras comprar una aeronave, el comprador descubre que no puede utilizarla porque no cumple los requisitos técnicos del país donde se va a operar, no tiene el alcance necesario para volar a sus destinos favoritos, o tiene una revisión cercana no prevista que requerirá una inversión de muchos cientos de miles, cuando no millones, de euros extra.
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